Desde septiembre de 2024, Bockenheim cuenta con una nueva cafetería: «Butter», en la calle Konrad-Broßwitz-Straße 1. Su propietaria, Sina Eichhorn, ha cumplido un sueño y ha enriquecido el panorama de cafeterías del distrito con un encantador lugar de encuentro con un concepto especial.
De profesional a propietaria de un café
Sina Eichhorn estudió Derecho, pero su pasión siempre ha sido la repostería y la restauración. Tras varios años en otra profesión, ahora ha dado el paso y ha montado su propio negocio con Butter. «Llevaba mucho tiempo queriendo abrir mi propia cafetería y me alegro de que haya funcionado», dice radiante.
Productos regionales y delicias caseras
Butter se centra en la calidad y la regionalidad. Eichhorn colabora estrechamente con productores locales y empresas de nueva creación para abastecerse de ingredientes de alta calidad y vajillas sostenibles. Sus puntos fuertes son las tartas caseras, los panes y los aperitivos salados. Para desayunar, sirven pan de masa madre con mermelada casera y mantequilla batida. A la hora de comer, resultan tentadores bocadillos como el de guisantes y menta. Por la tarde, los clientes pueden elegir entre varios pasteles, como el de naranja y aceite de oliva, o bollos. Por la noche, el menú incluye queso, aceitunas y pequeños aperitivos que combinan perfectamente con una copa después del trabajo.
Ambiente acogedor para sentirse bien
Butter no sólo impresiona por su menú, sino también por su interior. Las ventanas que van del suelo al techo proporcionan mucha luz, un mostrador azul brillante llama la atención y una pared amarilla mantequilla crea un ambiente acogedor. «Quería crear un lugar donde los clientes se sintieran cómodos y disfrutaran pasando el tiempo», explica Eichhorn.
Bien atendido desde el principio
Aunque Butter acaba de abrir, ya es muy popular. La cafetería está muy frecuentada durante las horas de apertura, de miércoles a domingo. Muchos clientes acuden regularmente a desayunar en un ambiente acogedor, tomar un café o disfrutar de una copa de vino por la noche. «Estoy abrumado por los comentarios positivos», dice Eichhorn con alegría.
La mantequilla es un enriquecimiento para Bockenheim y demuestra que la calidad, la regionalidad y la pasión dan sus frutos. Se ha convertido en un lugar para disfrutar, relajarse y sentirse bien: un verdadero activo para el barrio.
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